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Para garantizar el éxito de la producción en contraestación, es imprescindible un cambio normativo

Tras más de 25 años de trabajar en el sector de semillas de colza, he observado de primera mano cómo la producción en contraestación se ha convertido en un elemento crucial del éxito del sector. Dado que la colza híbrida es uno de los cultivos más rentables para los productores y el mayor y más competitivo en el mercado canadiense de semillas, la capacidad de lograr desarrollar material con rapidez y poner la nueva tecnología a disposición de los agricultores con mayor celeridad es esencial para seguir siendo competitivos y satisfacer las expectativas de los clientes.

Uno de los desafíos es un sistema regulatorio que no ha seguido el ritmo del desarrollo tecnológico, se encuentra sobrecargado y, en muchos aspectos, es ineficaz. Para que la industria pueda satisfacer las necesidades de los productores y hacer frente a los desafíos actuales en materia de medio ambiente, nutrición y seguridad alimentaria, la innovación y la capacidad reglamentarias deben seguir el mismo ritmo. El entorno regulatorio actual, tanto a nivel nacional en muchos países como a nivel internacional, está fragmentado, con un intercambio de información deficiente y sistemas anticuados.

El precio que se paga por ello es tiempo y capital, dos ingredientes críticos en el mejoramiento y desarrollo de cultivos. Con relación a la producción de contraestación en Sudamérica, los desafíos regulatorios que plantean la importación y exportación de semillas y la certificación de las mismas pueden dar lugar a costosos retrasos y fracasos.

La Agencia Canadiense de Inspección Alimentaria, que tiene autoridad reguladora sobre gran parte de la industria semillera, ha iniciado un proceso de modernización de las regulaciones sobre semillas con el sector. Hay grandes esperanzas de que de este proceso surja un cambio transformador que haga que el sistema de semillas sea más eficiente y resiliente, más capaz de seguir el ritmo de la creciente escala y alcance del sector.

Scott Horner.

Todos hemos sido testigos de lo difícil y lenta que puede ser la modernización de las regulaciones nacionales. Introducir cambios en los sistemas regulatorios internacionales es aún más complicado, pero igual de crítico si se tiene en cuenta la naturaleza global del fitomejoramiento y la producción de semillas.

No puede dejar de recalcarse la importancia de la producción en contraestación y del comercio mundial de semillas. Los obtentores confían en los viveros de contraestación para reducir a la mitad el tiempo de selección a campo, lo que se ha convertido en un recurso habitual para los programas de mejoramiento privados y públicos en la mayoría de los cultivos. El suministro comercial de semillas de cultivos como la colza, el maíz y algunos cultivos especiales depende en gran medida de la contraestación para acelerar la comercialización de nuevas tecnologías y recuperar los déficits de producción de la zafra normal.

La introducción en el mercado de nuevas tecnologías de semillas depende en gran medida de la contraestación, y los problemas del sistema regulatorio aumentan los costos y el tiempo, restando recursos al mejoramiento y el desarrollo y ralentizando la introducción de importantes innovaciones en semillas.

Es un momento crítico en el mundo para las soluciones que el fitomejoramiento y la edición génica pueden aportar para abordar los desafíos medioambientales, de nutrición y seguridad alimentaria que se nos presentan. La modernización del marco regulatorio no puede producirse con la suficiente rapidez; llega con retraso y es un paso fundamental que deben dar el sector y los gobiernos. Es necesario que las asociaciones nacionales, regionales e internacionales de semillas lideren y se centren en este tema.

Las empresas de semillas también tienen que dar un paso al frente y comprometerse. La industria debe ser proactiva y preguntarse sinceramente: ¿cómo podemos ayudar? Es necesario el diálogo con los organismos reguladores para identificar brechas, reconocer desafíos y estudiar soluciones. El sector de las semillas tiene que hacer el duro trabajo de alinearse tanto interna como externamente con las partes interesadas de la industria agrícola.

Esta alineación es importante para crear una masa crítica y el mensaje claro y coordinado necesario para resonar con los reguladores. Esto ayudará a garantizar que la contraestación sea la solución rápida y rentable que es capaz de ser. Es necesario un marco regulatorio más claro y transparente para la importación y exportación de semillas. Es necesaria una mayor coordinación internacional entre los organismos reguladores para garantizar la congruencia de las normas de producción y circulación de semillas en las distintas regiones.

Esto ayudará a evitar la confusión y la incertidumbre entre los organismos reguladores y los productores de semillas y contribuirá a garantizar que el movimiento de semillas esté debidamente regulado para hacer frente al riesgo de propagación de plagas y enfermedades.

La buena noticia es que se está trabajando y se están logrando avances importantes en algunos ámbitos. La Asociación de Semillas de las Américas (SAA), junto con asociaciones nacionales de semillas como la Asociación Nacional de Productores de Semillas de Chile (ANPROS), la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), la American Seed Trade Association (ASTA) y Seeds Canada están trabajando con los organismos reguladores para encontrar soluciones internacionales y bilaterales.

Dos iniciativas importantes son la adopción de certificados fitosanitarios electrónicos (e-phytos) y la aplicación de un enfoque sistémico para la regulación del movimiento internacional de semillas. Ambas iniciativas tienen el potencial de reducir significativamente el tiempo, el costo y la complejidad del movimiento internacional de semillas.

El proceso actual de expedición de certificados fitosanitarios es largo y costoso, tanto para las empresas de semillas como para los organismos reguladores. Los certificados físicos tardan tiempo en imprimirse y emitirse, los errores llevan tiempo y son difíciles de corregir, los certificados a veces se pierden, y todo ello provoca retrasos, un mayor riesgo y costos de producción. La adopción del certificado digital e-phytos es un gran paso hacia la eficiencia; con la transición a un sistema electrónico, los reguladores liberarán una capacidad muy necesaria y las empresas de semillas mejorarán los plazos de envío y reducirán costos.

Otra iniciativa importante es la adopción de un enfoque de sistemas. Este enfoque reconoce y utiliza los sistemas de gestión de la calidad que las empresas de semillas tienen implantados para garantizar la calidad y pureza de las semillas que producen. Todos los envíos internacionales de semillas requieren una documentación específica y, en muchos casos, la inspección física por parte de un funcionario de la Agencia Nacional de Protección Fitosanitaria del país exportador, para garantizar que las semillas cumplen con los requisitos fitosanitarios de importación del país importador.

Cada año se inspeccionan físicamente en todo el mundo más de un millón de envíos de semillas y se expide un certificado fitosanitario. Los recursos necesarios y el costo de este proceso son asombrosos.

La Federación Internacional de Semillas (ISF) lidera la iniciativa de la introducción del enfoque de sistemas. En las Américas se están llevando a cabo programas piloto para probar el proceso con la participación de empresas de semillas específicas. Participan organizaciones nacionales de protección fitosanitaria, como el SAG en Chile y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, y las correspondientes asociaciones de semillas ANPROS, ASTA y la Asociación de Semillas de las Américas (SAA).

Al acreditar a las empresas en base a sus eficaces sistemas de gestión de la calidad, se ahorrarán tiempo y costos significativos y se reducirá la carga de los reguladores. La aplicación generalizada del enfoque de sistemas es un objetivo audaz, con el potencial de revolucionar el movimiento de semillas, creando beneficios claros y tangibles para todas las partes interesadas.

El futuro del sector semillas para hacer lo que hay que hacer para satisfacer las demandas mundiales de alimentos, combustible y medio ambiente dependerá en gran medida del éxito a corto plazo de la modernización de las regulaciones. La producción en contraestación seguirá desempeñando un papel clave en la cadena de suministro del fitomejoramiento y la producción de semillas.

Las asociaciones de semillas deben proseguir su ardua labor de colaboración con los organismos reguladores, y las empresas de semillas deben dar un paso más para apoyar este trabajo; es un momento crítico para generar cambios y aprovechar las oportunidades que se le presentan a nuestro sector.

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