Un desafío clave para el futuro de la agricultura no es solo aumentar la productividad, sino también mejorar la calidad, reducir el uso de insumos y minimizar el impacto ambiental. Compartir el progreso, acceder al conocimiento en línea y colaborar en nuevos desarrollos son pasos importantes para impulsar la transformación digital de las economías regionales.
Para explorar estas oportunidades y conectar con desarrolladores y emprendedores que trabajan en nuevas soluciones de tecnología agrícola, el primer Día de la Agricultura Digital se celebrará en Argentina el 24 de julio, en colaboración con el IICA Argentina. El evento tendrá lugar en el Centro de Congresos y Exposiciones Francisco en San Martín, Mendoza.
Especialistas del INTA Mendoza presentarán los últimos avances en el uso de tecnologías aplicadas, procesamiento de datos, inteligencia artificial y sensores de campo en la producción frutícola y vitivinícola de la región de Cuyo, según un comunicado de prensa.
Gabriela Tallarico, coordinadora del Programa AgTech, destacó que “las herramientas digitales marcan un nuevo estándar en la toma de decisiones agroindustriales. En la producción de frutas, frutos secos o viñedos, cada decisión tomada con antelación y basada en datos se ha convertido en el primer insumo del ciclo productivo, ya que reduce la incertidumbre, optimiza los recursos y mejora la rentabilidad por hectárea.”
El mapeo del rendimiento precosecha, el diagnóstico con drones, la inteligencia artificial para la estimación del rendimiento y las herramientas para el uso eficiente del agua contribuyen a una previsión de cosecha más precisa. Estas tecnologías también facilitan el ajuste de insumos, agilizan la logística y mejoran las estrategias de marketing.
Según Tallarico, mantenerse al día con las innovaciones que integran datos de campo y perspectivas empresariales permite una gestión agrícola más eficiente. Señaló que estas herramientas pueden mejorar tanto las operaciones técnicas como los resultados financieros durante cada ciclo productivo.
Decisiones Basadas en Datos para Mejorar la Rentabilidad
Incluso antes de plantar, regar o podar, los productores pueden tomar decisiones informadas mediante la recopilación y el análisis de datos precisos. Este enfoque ayuda a reducir la incertidumbre y a controlar los costos. En la producción frutícola, donde el suelo, el clima y la genética influyen en los resultados, la teledetección y las tecnologías del Internet de las Cosas (IoT) ofrecen importantes beneficios.
En Rama Caída, Mendoza, técnicos del INTA utilizan imágenes de drones para brindar servicios de teledetección y monitoreo para la gestión de viñedos. Estas herramientas son utilizadas por pequeñas cooperativas vitivinícolas para apoyar la toma de decisiones y mejorar el rendimiento de los viñedos.
Melanie Vico, referente del servicio Rama Caída del INTA, indicó que “el uso de drones nos permite detectar a tiempo e incluso anticipar los problemas presentes en los cultivos”, y agregó: “La información que obtenemos de estas tecnologías es útil para complementar las actividades que se realizan diariamente en cada uno de los cultivos. De esta manera, podemos lograr una mayor eficiencia en el uso de los recursos.”
Especialistas, en colaboración con el Centro de Desarrollo Vitivinícola (CDV-COVIAR), están realizando investigaciones sobre la identificación de isótopos estables, la gestión del riego y la detección de patrones de plagas y enfermedades en viñedos mediante imágenes multiespectrales. Estos servicios están destinados a apoyar a los pequeños productores.
“Se realiza un mapeo de las fincas y se ofrece un informe posterior de lo observado en cada caso. Se formulan recomendaciones y se desarrollan planes de trabajo”, explicó Vico, y agregó que “durante la temporada se monitorea la producción en las fincas y trabajamos junto con cada productor para mejorar la situación evaluada. Los productores locales acceden al análisis de la información recopilada en las diferentes bandas.” Teledetección y Sanidad Vegetal
Índices espectrales como el NDVI, el NDRE y el PRI, capturados mediante sensores multiespectrales y térmicos instalados en drones, se utilizan para detectar signos tempranos de estrés hídrico y enfermedades, monitorear el crecimiento de frutales, evaluar daños causados por fenómenos meteorológicos extremos como heladas o granizo, y mejorar la precisión del conteo de plantas.
Un estudio de caso que demuestra esta aplicación consistió en el análisis de parcelas de vides Bonarda, realizado por el grupo AgTech en colaboración con el Grupo de Riego del INTA Junín, Mendoza. Los investigadores observaron claras diferencias en los valores del índice de vegetación (NDVI) y los porcentajes de cobertura verde entre las vides con riego completo y las regadas al 50% de sus necesidades hídricas.
“La diferencia en el índice verde,” explicó Facundo Calderón, especialista en fruticultura de precisión del INTA Junín, Mendoza, “se sitúa entre el 20% y el 60%, dependiendo del injerto al que se refiera, entre las plantas sin restricciones y las que reciben la mitad del agua.” Estos datos, validados en relación con el potencial hídrico, permiten ajustar el equipo de goteo en cada operación de riego. Se están probando más de seis materiales genéticos.
Por otro lado, se están ajustando los protocolos para la detección temprana de enfermedades cuarentenarias en frutales de hueso, en virosis (por ejemplo, el virus de la viruela del ciruelo), mediante el procesamiento de imágenes tomadas con drones y teléfonos celulares para identificar cambios en el dosel de las plantas afectadas por estas enfermedades, buscando anticipar la aparición de síntomas y mitigar los daños de forma temprana.
“En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, especialmente en la agricultura, adaptarse no es una opción, sino una necesidad para mantener la competitividad. Cada innovación nos demuestra que lo que era imposible hasta ayer, era solo el siguiente paso,” Calderón.
