Durante décadas, el INTA ha trabajado en el cultivo del girasol, abordando aspectos productivos como guías de manejo del cultivo y el desarrollo y evaluación de híbridos adaptados a diferentes ambientes, así como aspectos sanitarios como la evaluación de variedades para su resistencia a enfermedades y plagas. La mejora de la calidad también ha sido un enfoque. Sin embargo, el manejo sanitario no puede abordarse de forma aislada: factores como la selección de híbridos, la densidad de siembra y las estrategias de fertilización influyen en la estructura del dosel, la tasa de crecimiento foliar y la cobertura del suelo.
En el Congreso Aapresid, celebrado en el Predio Ferial La Rural del 6 al 8 de agosto, las especialistas del INTA, Marina Montoya —Grupo de Fitopatología IPADS, INTA Balcarce— y Carolina Troglia —jefa de la Agencia de Extensión Rural INTA Balcarce y coordinadora de la Red Sur del INTA–ASAGIR—, participaron en el panel “Diseñando el Rendimiento: Estrategias Integradas para Mejorar la Producción de Girasol”. Enfatizaron la necesidad de un enfoque integral para el diseño del rendimiento, considerando la sanidad vegetal como un factor clave para mantener la productividad. “Uno de los aspectos clave es la correcta caracterización del entorno productivo, lo que incluye conocer el historial del lote, las rotaciones previas, la presencia de malezas (incluidos los girasoles guachos) que albergan patógenos que afectan al cultivo y las fechas óptimas de siembra”, afirmó Montoya.
A partir de esta base, los productores pueden seleccionar híbridos y estrategias de manejo que maximicen la eficiencia, evitando condiciones que puedan favorecer enfermedades. Las medidas sanitarias preventivas son esenciales, y la principal es la elección de híbridos con resistencia genética parcial o total, específicamente adaptados a los entornos de destino, según un comunicado de prensa.
“A esto se suman los tratamientos de semillas, la siembra temprana, las rotaciones planificadas, el monitoreo permanente y el control de malezas hospedantes. La interacción entre la genética, el entorno y el manejo agronómico definirá la expresión del potencial de rendimiento y la sanidad del cultivo”, añadió Montoya.
La selección de un híbrido adecuado al entorno de destino es fundamental en la producción de girasol. Cada temporada, el INTA apoya a los productores con datos de la Red Nacional de Híbridos de Girasol, recopilados en múltiples sitios de la región productora a través de su convenio con la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR).
Gracias a esta red, se pone a disposición del mercado información sobre productividad, sanidad y calidad. Gracias a diferentes grupos de investigación del INTA, junto con otras instituciones, asociaciones y empresas, esta herramienta se acompaña de avances en diversos aspectos, como el conocimiento de la fertilidad del suelo, la fertilización, el mejoramiento genético —tradicional y asistido con herramientas moleculares—, el monitoreo de problemas sanitarios y el desarrollo de pautas de manejo —genéticas, químicas y biológicas—. Asimismo, se difunden permanentemente al productor las herramientas disponibles y en desarrollo —explicó Troglia—.
Los datos meteorológicos de la temporada 2024/25 muestran que los cultivos de girasol experimentaron condiciones contrastantes en las distintas regiones. En el norte, centro, suroeste y sureste, las precipitaciones y las temperaturas medias registradas durante las etapas vegetativa y reproductiva explican las enfermedades observadas, aunque ninguna alcanzó niveles preocupantes de incidencia o gravedad.
De cara a la temporada 2025/26, los pronósticos apuntan a una continua alta variabilidad térmica y una humedad relativa elevada durante las etapas críticas de crecimiento en todas las regiones productoras. Troglia señaló que “estas condiciones pueden representar un riesgo de enfermedades foliares de fin de ciclo y/o podredumbre de tallo y capítulo, por lo que será clave anticiparse con estrategias de manejo ajustadas”.
Bajo el lema “Programamos el Futuro de la Agricultura”, la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid) celebró su Congreso 2025 del 6 al 8 de agosto en La Rural de Palermo.
Durante más de tres décadas, el Congreso de Aapresid ha conectado innovación, tecnología y conocimiento para impulsar sistemas de producción cada vez más sostenibles. Cada año, reúne a destacados expertos nacionales e internacionales para compartir perspectivas y debatir temas de futuro que definen la agricultura.
La 33.ª edición se organizó en torno a siete áreas temáticas: Aprender Produciendo, Desafíos Globales, Innovación y Agrotecnología, Manejo de Plagas, Sistemas Integrados, Sistemas de Producción Sostenibles y Perspectivas Sociopolíticas.


