En Brasil, la mayoría de los productores de frijol cultivan áreas menores a cinco hectáreas, lo que representa aproximadamente el 97% de las unidades productoras de granos en 533.500 propiedades rurales. Sin embargo, la mayor parte de la producción proviene de grandes plantaciones, una pequeña fracción del total de fincas, según una investigación de Embrapa Arroz e Feijão (GO).
El estudio analizó los seis principales estados productores de frijol —Paraná, Minas Gerais, Goiás, São Paulo, Mato Grosso y Bahía— y clasificó los cultivos como pequeños (<5 ha), medianos (5–50 ha) o grandes (≥50 ha). “El tamaño del cultivo de frijol se refiere específicamente al área de cultivo y no es necesariamente equivalente al tamaño de la propiedad rural ni del establecimiento agrícola productor donde se ubica”, explica el economista socioeconómico de Embrapa, Alcido Wander, uno de los responsables del estudio.
Si bien los cultivos pequeños son numerosos, aproximadamente 3.000 grandes plantaciones (0,5% del total) producen más de 1,2 millones de toneladas de frijol, lo que representa aproximadamente el 75% de la producción brasileña. De la producción total, el 87% llega al mercado, mientras que alrededor del 13% se consume directamente en las propias fincas. Los pequeños productores, en particular, consumen una mayor proporción de frijol de color (59%) en comparación con el frijol negro (38%), según un comunicado de prensa.
Tendencias de la Producción de Frijol
La producción brasileña de frijol ha satisfecho en gran medida la demanda interna, con un promedio de 2,5 a 3,4 millones de toneladas anuales durante la última década. Las importaciones se mantienen bajas, cerca de las 100.000 toneladas anuales, mientras que las exportaciones han crecido, convirtiendo a Brasil en un exportador neto desde la temporada 2017/18. En la temporada 2023/24 se exportaron alrededor de 150.000 toneladas, un aumento del 22% con respecto a la temporada anterior. Otro hallazgo de esta investigación es que el 87% del total de frijol producido, alrededor de 1,5 millones de toneladas, se vendió y abasteció el mercado; y poco más de 200.000 toneladas, es decir, aproximadamente el 13% de la producción, no se comercializaron, lo que indica autoconsumo en las fincas rurales. Más detalladamente, Wander señaló que «en cultivos de hasta cinco hectáreas, el autoconsumo representó el 59% de la producción en el caso del frijol de color (Río de Janeiro, morado, mulato) y el 38% en el caso del frijol negro», añade.
El investigador también hizo otra observación: la inclusión de la diferenciación entre frijol de color y frijol negro para fines de análisis podría haber llevado a la doble contabilización de algunos establecimientos rurales que producen el grano. «Desde un punto de vista metodológico, se consideró que las fincas rurales sembraban uno u otro tipo de frijol, pero en la práctica, es posible que algunos productores hayan sembrado ambos tipos de frijol», aclara. Por tanto, el número total de establecimientos, unos 550,5 mil, puede ser ligeramente superior al número real.


