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Uruguay Avanza en la Innovación del Fitomejoramiento con el Decreto de Edición Genética

De izquierda a derecha: Alejandra Ferenczi, Virginia Guardia, Diego Risso, y Agustín Damboriarena.

La aprobación de la nueva normativa sobre edición genética es un hito importante para la ciencia y el sector de las semillas en Uruguay.

En marzo, Uruguay demostró su compromiso con la innovación tecnológica cuando los órganos legislativos del país aprobaron un decreto sobre la edición de genes, marcando un hito importante para el sector de las semillas del país. Este avance normativo, fruto de varios años de trabajo, busca promover la innovación y proporcionar un marco claro para el desarrollo de nuevas tecnologías en la agricultura.

Agustín Damboriarena, Gerente de la Cámara Uruguaya de Semillas (CUS), habló con Seed World LATAM y expresó su entusiasmo por la nueva normativa: “Para Uruguay es un logro alcanzar esta resolución, alineándonos con otros países a la vanguardia de las nuevas tecnologías.” 

Damboriarena resaltó que esta normativa no solo complementa los 15 años de experiencia de Uruguay con organismos genéticamente modificados (OGM), sino que también amplía las herramientas disponibles para el desarrollo tecnológico agrícola.

“Es esencial que las herramientas estén todas sobre la mesa para que cada empresa u organismo pueda disponer de ellas en función de sus objetivos”, dijo.

Damboriarena también subrayó la importancia de una comunicación efectiva para desmitificar la edición genética. “El gran desafío es informar adecuadamente, demostrando los beneficios y aclarando que no se trata de incorporar ADN foráneo, sino de una técnica similar a lo que son las mutaciones naturales que ocurren en el ADN del propio organismo,” explicó.

El decreto, aprobado y presentado en marzo del 2024, establece un marco claro para el uso de técnicas de edición genética en el mejoramiento de plantas, semillas y otros productos agropecuarios. El decreto también prevé la creación de un Grupo Técnico de Trabajo (GTT), compuesto por expertos de diversas instituciones, encargado de evaluar cada caso específico y determinar si un producto es alcanzado por la normativa para OGM del país.

El Proceso 

Seed World LATAM dialogó sobre este importante hito para la ciencia y el fitomejoramiento uruguayo con Alejandra Ferenczi, Gerenta de Bioseguridad del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) de Uruguay y Coordinadora de Evaluación del Riesgo en Bioseguridad del Sistema Nacional de Bioseguridad, y con Virginia Guardia, Directora de Bioseguridad e Inocuidad Alimentaria (DIGEBIA). 

El proceso de aprobación del decreto de edición genética en Uruguay se ha caracterizado por su enfoque científico y meticuloso. Ferenczi nos explicó que, “Este decreto establece un mecanismo basado en la ciencia para definir si un producto desarrollado con técnicas de edición genética está cubierto o no por la normativa para organismos genéticamente modificados (OGM). Esto es fundamental para garantizar que las innovaciones sean seguras y estén bien reguladas”.

El decreto no implica una autorización específica, sino que define un procedimiento para evaluar si un producto es considerado OGM. Esto se lleva a cabo mediante un grupo técnico de trabajo (GTT) formado por expertos de diversas instituciones, y que puede incluir a expertos adicionales según sea necesario. Todo el proceso es transparente y busca garantizar la trazabilidad científica de las evaluaciones.

La aprobación del decreto de edición genética en Uruguay fue un proceso de muchos años por varias razones. Desde 2016, el país comenzó a observar los avances regulatorios en la región latinoamericana, especialmente en Argentina. La Dirección General de Bioseguridad e Inocuidad Alimentaria (DIGEBIA) del MGAP inició un proceso de capacitación intensiva para entender la complejidad científica y técnica de esta normativa, participando en eventos organizados por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)  y comisiones del MERCOSUR. 

Este proceso incluyó intercambios con reguladores, científicos y otros actores relevantes, ajustando la normativa a la idiosincrasia uruguaya. Además, la normativa se desarrolló en colaboración con el Ministerio de Ambiente, lo que implicó numerosos intercambios y ajustes. A diferencia de otros países que enfrentaban crisis urgentes, como la amenaza de extinción de la banana en Costa Rica, Uruguay no tuvo una situación que acelerara el proceso, permitiendo una elaboración más pausada y detallada.

Ventajas del nuevo Decreto

Guardia destacó el potencial de la normativa para abrir nuevas oportunidades en el sector: “Creemos que esta normativa es un hito porque brinda reglas claras para una tecnología que, aunque lleva años en desarrollo, es novedosa en su aplicación práctica. Esto permitirá a los investigadores y empresas trabajar con mayor certeza y promover soluciones innovadoras para los problemas específicos de Uruguay”.

Guardia recalcó que las soluciones biotecnológicas en Uruguay, como la edición genética, son vitales para abordar los desafíos específicos del país. A diferencia de cultivos globales como la soja y el maíz, Uruguay se centra en la producción de base pastoral y forrajes, esenciales para sus sistemas productivos.

“Las soluciones biotecnológicas internacionales no siempre están desarrolladas para nuestras necesidades. Por eso, nuestro enfoque se dirige a materiales distintos, como las especies forrajeras, con atención en control de enfermedades y resistencia a insectos, adaptados a nuestras condiciones locales,” nos explicó.

La aprobación de la normativa de la edición genética en Uruguay representa un avance crucial hacia la innovación agrícola, prometiendo dinamismo, mayor oferta de productos y una mejor posición en el mercado internacional. Guardia subrayó las ventajas de esta regulación para mejorar la competitividad de los productores uruguayos en el mercado global. 

Respecto de ello, Guardia señaló que “Nuestros productores compiten internacionalmente, y es crucial que tengan acceso a las mismas herramientas tecnológicas que sus competidores. Además, Uruguay tiene la oportunidad de convertirse en un centro de innovación regional, atrayendo inversiones y desarrollando nuevos productos biotecnológicos”.

“Como Ministerio de Agricultura, es crucial que los productores tengan opciones seguras. Sin normativa, no se puede innovar. Esta regulación permite trabajar con nuevas tecnologías, abriendo oportunidades positivas para el sector,” expuso Ferenczi.

Este tipo de nuevas tecnologías prometen beneficios significativos, como costos reducidos, mayor rapidez y eficiencia en el desarrollo de nuevas variedades.

“Consideramos que es una herramienta que promoverá la democratización de la tecnología, posibilitando que empresas puedan ofrecer productos innovadores con procesos más rápidos y objetivos específicos y con costos más accesibles, en comparación por ejemplo con los OGM. Además, el impacto no se limita solo a las plantas, sino que abarca también el uso de microorganismos y la parte de animales, lo que beneficiará al sistema agropecuario completo,” añadió Damboriarena.

Este nuevo marco regulatorio no solo pone a Uruguay en línea con otros países avanzados en biotecnología, sino que también impulsa el desarrollo de soluciones innovadoras para el sector agropecuario, beneficiando tanto a los productores locales como a la economía del país en general.

Como concluyó Damboriarena, “Estamos contentos por disponer de esta normativa que nos alinea con otros países en lo que se refiere a las posibilidades de uso de la tecnología y confiamos en que veremos resultados positivos en un futuro cercano.”

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