Últimamente he estado en un montón de reuniones —reuniones de juntas directivas, reuniones por Zoom, lo que se te ocurra— donde la conversación deriva hacia el tema del marketing de contenidos, y cada vez que ocurre, observo que se da un patrón.
Históricamente, a la gente le ha ENCANTADO la claridad que aporta el término «marketing de contenidos». Suena organizado, medible y estratégico. Sin embargo, cada vez más estamos dejando de usar ese término. Ahora, estamos usando otro completamente diferente: storytelling (narrar historias).
¿Y sabes qué? No es solamente una cuestión de semántica. Es todo un cambio.
Sí, el marketing de contenidos ES storytelling, al menos cuando se hace bien. Pero hay algo en la expresión «marketing de contenidos» que hace que la gente se ponga a la defensiva. Suena clínico y un poco frío.
¿Y «Storytelling», en cambio? Eso hace que la gente se sienta más cómoda. Es auténtico e, irónicamente, es exactamente lo que se suponía que debía ser el marketing de contenidos en un principio: una forma de conectar.
Estamos viendo este cambio en tiempo real. Hemos pasado de un modelo centrado en la publicidad, en el que un logotipo, un eslogan y una llamada a la acción eran todo el manual de estrategias, a algo mucho más complejo e integrado con esa estrategia de llamada a la acción.
Nos encontramos en un punto de inflexión que está redefiniendo la forma en que todas las empresas deben pensar sobre el contenido. La clave no es abandonar una plataforma por otra. Se trata de ser intencional.
La auténtica oportunidad radica en combinar los puntos fuertes de ambos. Piensa en una estrategia híbrida, no en una u otra. Utiliza el marketing de contenidos para posicionarte a ti y a tu equipo como líderes de opinión y, a continuación, añade anuncios con llamadas a la acción que sean fundamentales para impulsar la conversión. Insisto, contenido de gran impacto que deje una impresión duradera y una llamada a la acción clara para la conversión. Quizás sea contenido impreso con una producción impecable. Quizás sea un podcast. Quizás sea un seminario web en directo o una serie de vídeos.
Lo importante es que diseñes tu contenido para conmover a las personas, no solo para informarlas, sino para conectar con ellas.
Si estás pensando en dar un giro, no te limites a «más contenido». Tómate tu tiempo para pensar en cómo funciona tu ecosistema de contenido y cómo cada pieza puede servir a un propósito mayor. Ese es el tipo de pensamiento que distingue a las marcas de éxito.